domingo, 19 de noviembre de 2017

Salteado de boletus, gulas y huevo poché... ¡Con jamón serrano!


Abandonado tengo mi Plato de loza. Llevo tiempo queriendo retomarlo porque además, durante este periodo de carestía he cocinado muchísimo y cosas que merece la pena que no se me olviden. Es difícil encontrar tiempo entre tantas y tantas cosas. Es difícil. 

Me gusta que la familia coma como Dios manda los fines de semana. Que me digan que qué sabroso lo que hay en sus platos y se me ocurrió este  cocinado conjugando varias cosas que había estado haciendo últimamente. Nos encantó. Y luego, unos días más tarde, una página web y de Facebook, facilísimo, me propuso un reto con setas y pensé que era el momento de volver y de recordar lo que me gusta escribir lo que cocino.

Además, platitos de otoño que me encantan. Y con una elaboración fácil del todo que obtiene un resultado final buenísimo.

¿Empezamos? Veamos los ingredientes



¡Manos a la obra!

Es uno de estos platos que se hace por partes y luego se une en el emplatado. Lo primero: las setas. Picamos los ajos pequeñitos, pequeñitos. Yo lo hice con un prensador de ajos que añade jugosidad al resultado. Luego los puse en una sartén a sofreír. A mi me gusta que estén tiempo a fuego lento porque el aceite absorbe todo el sabor.


Mientras picamos las setas a cuadritos procurando un corte regular. Lo añadimos a los ajos cuando éstos estén aún a punto de dorarse pero no hayan cogido color todavía.


Sofreímos cinco minutos y añadimos perejil picadito. Esperamos a que las setas estén bien salteadas y sacamos la preparación.


Esta es nuestra sartén y vamos a aprovechar su sabor para la siguiente elaboración.


El procedimiento con las gulas es similar. Empezamos con el ajo picadito a fuego lento, aunque aquí añadimos una guindilla.


Antes de que el ajo tome color añadimos las gulas y salteamos unos minutos.


Un minuto antes de apartarlas añadimos una cucharada de pimentón dulce de la Vera.


Queda el huevo poché. Puede parecer complicado pero, en principio, es muy fácil. Veréis, debemos tener en casa papel film compatible con la cocción. En cualquier supermercado o gran superficie lo encontraréis. Lo colocamos como si forrásemos un vaso pequeño. Añadimos unas gotas de aceite de oliva para que no se pegue y un poco de pimienta. Le echamos el huevo con cuidado de no romper la yema y le ponemos un poquito de sal.

Anudamos el film para hacer un paquete e introducimos en agua hirviendo durante 3 minutos.

Aquí está la dificultad. Con 3 minutos está bien pero cada uno sabe el punto que le da a un huevo pasado por agua o duro. Cada persona sabe que le va a gustar más y añadiremos o quitaremos tiempo según el gusto del comensal.





Queda emplatar. Yo utilicé un molde redondo y puse una primera capa de boletus salteados, luego las gulas y finalmente el huevo poché que abrí con un corte central para servir. Decoré con lonchas de jamón serrano que fueron el toque perfecto para un plato de otoño como este. Fácil y gustoso. ¿Te animas?







Con este post participo en el reto de facilisimo recetas con setas



miércoles, 20 de julio de 2016

Ensaladilla rusa tradicional




Ensaladilla rusa tradicional, donde las haya aunque... buscando en su historia, tradicional puede ser cualquier cosa ¡carne de venado he leído que llevaba en sus comienzos! Y yo que pienso que más española no puede ser, pero en Rusia la elaboran actualmente, dicen, con ¿mandarina?… Pues parece que sí que está abierta a muchas posibilidades y que todas tienen que tener su aquél pero yo voy a presentar la de toda la vida, de por aquí y luego vosotros le añadís lo que se venga más a vuestro paladar.

Y aunque tan casera que tiene mil posibilidades, pero a la vez es muy básica, me he decidido ha publicarla en homenaje a unos grandes del aceite y más de la mayonesa que este fin de semana sufrieron uno de esos reveses que hay que levantarlo como sea porque va en juego el trabajo de muchas familias y que para ello habrá que poner moral, sueños, trabajo (mucho) y futuro. ¡Ánimo Ybarra!

Teníamos un bote de sus fantásticas mayonesas y ese es el ingrediente principal de la ensaladilla rusa. Así que… ¡a la cocina!

La ensaladilla rusa es muuuyyy apetecible fresquita en verano y, leyendo por internet me he enterado que la inventó un cocinero ruso en Francia y que la llamaron rusa porque tenía que estar fría para su degustación y porque la mayonesa, tan blanca, era la nieve sobre los productos de la tierra. Aún así no se me ocurre un país donde sea más popular que el nuestro y es que está tan rica que ¿quién no ha probado miles como aperitivo cuando sale a comer? En fin, vamos a ello que esta receta es cortita…

Ingredientes muy muy básicos:

Pues la elaboración es sencilla pero requiere preparar los ingredientes así:

- cocemos las patatas unos 20 minutos después de hervir. Pinchamos con un tenedor para comprobar que están blanditas. Se requiere una textura que sea melosita pero sin llegar a puré y evitando las partes crudas o duras.

- cocemos los huevos unos 12 minutos después de hervir para que estén duros.

- pelamos y picamos las zanahorias y las ponemos a cocer junto a los guisantes hasta que estén blanditas.

Pues ya está, a preparar nuestro plato. Lo primero cortamos las patatas en daditos pequeños y la echamos en una fuente.



Picamos los huevos y los añadimos.


Picamos las zanahorias y las añadimos junto a los guisantes escurridos.


Luego le añadimos las dos latas de atún escurrido de aceite y desmigado previamente.


Queda embadurnar en mayonesa y decorar. Respecto a este punto, en verano hay mayonesas de "bote" muy buenas que nos evitarán, si están en su fecha de consumo, cualquier duda respecto a posibles intoxicaciones.  Si la vas a comer al momento, compruebas la frescura del huevo y ¡te sale exquisita! mejor que mejor. Si no, pues Ybarra es una buena alternativa y segura.

Es importante decorar porque muchas veces eso marca la diferencia. Los pimientos morrones o del piquillo cortados en tiras, a mi me gusta desmigar una yema de huevo duro… y luego como dijimos al principio jugar con los ingredientes aunque, aquí la tradicional ¡vuela! 

Bon apetit!





sábado, 7 de mayo de 2016

Torrijas con helado de vainilla


Entre una cosa y otra este año no me dio lugar y no preparé mis tradicionales torrijas en Semana Santa. Por una parte la falta de tiempo, por otra no tentar a los diabéticos de la familia… pero cuando pasó la Pascua hubo quién las reclamó. Ya no me apetecía hacer unas torrijas de las de toda la vida y pensé en darles una vuelta, preparar algo nuevo, así que enseguida surgió la idea del helado de vainilla y más con la calor que ha caído estos días atrás.

Me puse a investigar y entre mis libros encontré el de "Pesadilla en la cocina" de Chicote que recomiendo 100% por sus exquisitas recetas y las que no haces como tal inspiran para otras. Genial el libro ya digo. En este caso, a sus torrijas con helado no podía ponerles ningún pero. Algo he añadido pero la receta es suya y hay que reconocer el mérito porque ¡que merienda! No dudéis que vale la pena. Luego he visto por las redes que no soy la única que las recomienda así que me animo a enseñar mi versión desde la más absoluta humildad de quien imita a los maestros.

Ahí van ¿tenéis todo en la despensa?

Manos a la masa que la elaboración no puede ser más fácil. Ponemos a calentar la leche con el azúcar, la canela, un chorrito de esencia de vainilla y las pieles de naranja y lima que le darán ese sabor cítrico.


Dejamos que hierva y una vez que lo haga apartamos del fuego y dejamos atemperar. 
Toca freír las torrijas. Esto es una cadena de producción en serie o a mi me lo parece. Yo preparo dos fuentes una con el preparado de leche, otra con huevo batido y el aceite caliente en el fogón. Pasamos la torrija primero por la leche sin dejar que se desmigue mucho que luego es ingobernable. Un vuelta y vuelta. 

Lo mismo por el huevo.


Y ¡a freírlas!


¿Y el brandy? Pues es el secreto que te cuenta el libro. Preparamos un sirope hirviendo unos minutos el agua, el azúcar moreno y el brandy.

Y ¡ya está! Toca emplatar el helado la torrija con un chorrito del sirope por encima. En serio ¡deliciosas!