viernes, 22 de noviembre de 2013

Arroz con carrilleras y boletus



He estado un poco desaparecida pero no os había olvidado... mil cosas pendientes y un par de motivos de peso para tener sueño atrasado me han dejado sólo el tiempo libre para ocuparlo en mi sofá, casi hibernando antes de tiempo. Pero la causa obliga y este blog además es un hobby y, por tanto, lo hago con mucho gusto, así que aquí estamos de nuevo.

Ya os comenté con la receta de arroz con boletus y culantro que aquella historia culinaria no había acabado allí, que tenía continuación. Pues aquí está. Os cuento.

Como os dije, cuando compré los boletus, la chica que me los vendió me recomendó no echarle culantro porque estas setas de por sí son muy sabrosas. Yo decidí seguir mi línea original y, no se como estaría su versión del plato (seguramente buenísima) pero la mía me encantó. En fin, que como me quedó la mosca tras la oreja, busqué recetas de boletus entre mis libros de cocina preferidos y un poco también en la web. Todos le daban la razón, pero mi búsqueda consiguió un trofeo más valioso: esta receta de arroz con carrilleras y boletus.

Bueno, tengo que decir que el original se llama arroz con setas y en lugar de boletus emplea "setas y pinaletes", que no se muy bien que son y agradecería si alguien me ilustrara.

¿Qué hice yo? reservé uno de mis boletus y en unos días preparé este plato, que se me había metido entre ceja y ceja.

Y ahora, la fuente: Recetas Antiguas de Cocina del Parque Natural "Sierra de Aracena y Picos de Aroche". Os hago una breve reseña en otro post.

Vamos a por el delantal. ¿Qué necesitamos?


  • Arroz (un puñadito por persona y otro más por si hay visita).
  • Medio kilo de carrillera aproximadamente.
  • 2 boletus o un buen puñado de las setas que encontremos o nos gusten.
  • Vino blanco.
  • 1 cebolla fresca.
  • Medio tomate rallado o triturado.
  • 1diente de ajo.
  • 1 hoja de laurel.
  • Pimienta negra molida.
  • Un par de ramitas de culantro.
La dificultad de este plato, si es que la tiene, está en conseguir el punto exacto de todos los ingredientes, ya que tienen distintos tiempos de cocción. La carne, aún siendo una presa muy melosa, es la que más tiempo vamos a tener al fuego para conseguir que esté "blandita" y jugosa al paladar. El arroz serán veinte minutos y hay que hacerlo al final, ya que si se pasa, se quedará pastoso y arruinará el plato. Las setas también necesitan un tiempo amplio si son naturales... En fin, hay que jugar con los tiempos para que nos quede perfecto.

Pues lo dicho, a comenzar con la carne. La limpiamos un poco si tiene tocino y la cortamos en trocitos medianitos (ni tan pequeños para que se deshagan ni tan grandes como para que después haya que cortarlos en el plato). En un bocado tiene que entrar en la boca la carne, el arroz y algún trozo de seta, jeje. Una vez que tenemos la carne cortada, la salteamos en una sartén con un poco de aceite de oliva.



La tenemos unos buenos diez minutos en el fuego rehogando para que luego se haga antes. Cuando está bien doradita le añadimos la cebolla y el ajo y pochamos hasta que la cebolla quede transparente.


Le incorporamos el vino blanco, el tomate y el laurel y dejamos reducir unos minutos. Incorporamos seguidamente las setas y dejamos que cuezan unos 30 minutos (si hay que echar un poco de agua porque el guiso se quede seco, se lo echamos).



Como he dicho, el tiempo aproximado son treinta minutos, pero lo seguro es ir pinchando la carne y dejar el preparado cocer hasta que ésta esté blandita. Es el momento de añadir agua, salar e incorporar el arroz que estará cociendo aproximadamente veinte minutos, hasta que esté en su punto. Cinco minutos aproximadamente, antes de apartar el arroz le echaremos el culantro picado, aunque sí como a mí, os gusta tanto su sabor, lo podéis incorporar antes con el arroz para que el guiso se impregne más de su aroma. Apartamos, dejamos reposar cinco minutos y servimos. 
No es un plato de arroz "seco" tipo paella, tiene una textura más bien melosa.


Pues ¿qué deciros? Que os animéis a probarlo porque es una receta muy de el tiempo otoñal que tenemos y porque sale exquisito.  





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